¿Estas casado con una iglesia local, o en unión libre?

  En la actualidad, la falta de compromiso es el común denominador en la idiosincrasia de las personas. Las relaciones exprés, encuentros ocasionales, unión libre, las separaciones y divorcios, son el pan diario, y esto debido a la independencia, el individualismo y autonomía que el mundo actual lleva por estandarte debido a la influencia de mentes liberales y anárquicas que proclaman autosuficiencia, como el feminismo o el machismo (entre otras).

Pero en la iglesia estas influencias no deben permear la mente de los hijos de Dios, sino la Biblia. En la Palabra de Dios encontramos explícitos mandamientos y ejemplos que nos instruyen a tener una actitud de sujeción, sujeción a Dios principalmente, pero también se nos enseña la sujeción a las autoridades por ejemplo, o la sujeción familiar, la mujer sujeta al esposo y los hijos sujetos a los padres.

Aunado a esto, como hijos de Dios, como rebaño y pueblo que somos, se nos manda estar sujetos a la iglesia, al liderazgo y a los hermanos en general (una sujeción mutua), y a estar muy conscientes de que en Cristo se termina la autosuficiencia y autonomía, pues dependemos los unos de los otros así como dependemos de Cristo, como lo podemos ver claramente en 1ª Corintios cap. 12.

   Esta unión, servicio, edificación y ayuda mutua a la que nos manda la escritura, no se pueden ejercer efectivamente si no se es parte de una iglesia local, pues es preciso tener una iglesia con miembros identificados y comprometidos donde nos dispongamos a cumplir con el mandamiento del Señor expresado en las instrucciones apostólicas y ejemplos bíblicos.

   A mí me gusta ilustrar y comparar la relación con la iglesia local con la relación de pareja, para que sea más comprensible a los santos.

   La relación con la iglesia es como la relación entre parejas, cuando una persona decide estar en una iglesia local, es como cuando un hombre y una mujer deciden estar juntos. Si deciden estar juntos como novios o en unión libre pueden llegar a tener ciertos deberes y compromisos, así como responsabilidades y cierta entrega, pero nunca ese tipo de relaciones llegan a tener el peso de compromiso y responsabilidad que tiene el matrimonio.

   Cuando hay problemas en una relación de noviazgo o de unión libre no se siente el peso de buscar la reconciliación como en el matrimonio. En el noviazgo o en la unión libre se puede decir “hasta aquí” con más facilidad que decir “hasta aquí” en un matrimonio; en el noviazgo puedes decidir no ver a tu pareja por un tiempo, en el matrimonio no puedes decidir eso pues son uno, en el noviazgo no tienes la responsabilidad de ver por el sustento de tu pareja ni de estar incondicionalmente con ella en todas y cada una de las situaciones de la vida (sean buenas o sean malas), pero en el matrimonio no puedes eludir esas responsabilidades. (Es por esto que la sociedad siente escozor con solo pensar en el matrimonio).

   No podemos estar de “novios” en una iglesia local (si es que somos hijos de Dios), no podemos estar en “unión libre, debemos formalizar nuestra relación con la iglesia local como nos manda el Señor, en otras palabras, debemos casarnos con ella, y así adquirir el grado mayor de compromiso aceptando libremente por amor y obediencia las responsabilidades correspondientes de una unión formal, así como también disfrutar de los privilegios, derechos “legales”, y la mutua correspondencia.

   Además se debe tener bien claro que así como en el matrimonio está prohibido el divorcio, también está prohibida su separación de la iglesia local, cuando alguien se une a ella. Pero así como en el matrimonio hay casos lícitos de divorcio, así también hay casos lícitos de separación de una iglesia local, pues para Dios el divorcio es abominable a no ser por una razón lícita. Así como en el matrimonio (siguiendo el orden bíblico) se debe luchar por la no separación o el divorcio, así en la relación con la iglesia local se debe luchar por la unión, la comprensión, la tolerancia y la reconciliación llevando como estandartes la gracia, la misericordia y el amor de Dios mostrado en la Cruz.

   Con esta comparativa entendemos que no debemos andar de novios o en unión libre con una iglesia local, pues se corre el riesgo de andar de aquí para allá, de una relación a otra, y jamás formalizar nuestra relación poniendo de pretexto "las decepciones amorosas". Debemos, como cristianos obedientes y sujetos a la voluntad de Dios, encontrar nuestra iglesia local y casarnos con ella. Es correcto tomar un tiempo antes de hacer un compromiso, pero tarde o temprano debemos hacerlo. El pertenecer a una Iglesia local no es opcional para el cristiano, pues los mandamientos apostólicos de “unos a otros” solo se pueden llevar a cabo bajo esta condición de unión y compromiso con otros cristianos.

   Nota final. Debes entender cristiano, hijo de Dios, que la iglesia con la cual te vas a casar o ya estas casado no es la más bonita ni perfecta, seguramente tendrá muchos defectos, pero es ahí donde la vida de Cristo debe gobernar la nuestra, para que no hagamos como queramos sino como Él quiere, y en medio de las fealdades, mostrar nuestra madurez y avance como santos del Señor, procurando sobre todas las cosas la unión, pues Cristo dijo que en la unión de su iglesia el mundo creerá que Él es verdadero, y dijo también que en el amor que tengamos los unos por los otros, conoceremos que somos sus discípulos.

Y Tú ¿Estas casado o en unión libre?



Articulo escrito el 12 de Abril del 2016 - Pr. Serafín Romero

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